nunca es tan sublime el goce como sacarse en mitad de la madrugada la media del pie ardiente y dedicarse a recorrer los momentos frescos de las sabanas.
soy uno pero como soy un monstruo tengo que inventar a otro una máscara al principio y luego toda una persona con vida, con trabajo, y amigos y casa y domingos en familia y fotos de viajes con su enamorada. ese que te saluda en la calle, ese que comenta los goles del domingo o que sonríe cómplice de una broma cualquiera es el otro, mi lado de afuera o sea dos uno para mí el otro par los demás uno para cuando estoy solo el otro para que los demás me dejen en paz yo soy un monstruo yo solo soy yo cuando estoy conmigo el resto es una performance, una coartada con gestos aprendidos; soy un monstruo muy observador.