el silencio en “El grito”, de Munch.
ahí resuena el retorcimiento
de todos los silencios;

como en un engranaje oxidado
de una máquina a la deriva.

afuera, ni siquiera llueve.

nada

está de acuerdo conmigo

en la cama. mediodía.

apatía por el movimiento

de la existencia, allá afuera.

mi boca: herida

insaciable que las palabras

no dejan cerrar.

cuando desperté

tenía dos tiros

en la espalda.

soñó que estaba soñando

que miraba algo

que soñaba , lejos

ok: no es un haiku

aye

bebería la miel de tus ojos
olvidaría de un parpadeo
lo hincha pelotas que te ponés
a las 4 de la mañana
o cuando tenés ganas de salir
a pesar del frío, y la lejanía
diría tu piel nívea
y tus movimientos de verde marea serena
lo milimétrico de tu pelo enloquecido
sostendría que hasta tus gemidos más estridentes
están afinados
y que un poco áspera tu voz, borracha un sábado
después de bailar como una esquizo,
es de sirena, todavía.

diría todo esto
si fuese otro
si delatarme en la visión de tu belleza
no fuese el mismo movimiento
de perderte

he de tenerte
allí donde no me entiendas
cuando llegue la noche y nos sobre una entrada
para alguna obra de teatro independiente, algún concierto de jazz
después
de que todos los planes
hayan fallado

awakenings

ese cuerpo extranjero

me dejó depués

en el paladar de las manos

el sabor

a pasta dental de hotel.

emotional midget

if tonight

we die

this close

I´ll die

happy

´cause someone

somewhere

might think

you, maybe, somehow

kissed me.

ella

está siendo llovida

entre las nubes oscuras

de una ciudad lejana, europea

donde mañana la mañana

será nívea

detrás

ya sin mí mismo

te sigo.

negrura que transpiran

las cosas malogradas

(bruma en Buenos Aires)

azar del destino

el destino del azar:

los trenes saben

donde voy; no yo.

alguien me amaba;

y después,

desperté.

lullaby

y creí

que en tu silencio

me cantabas a mí.

es el alba, y me tropiezo
con tu imagen, tu bruma
ayer.

nívea tu alma enredada

en mi mirada

de yema abierta

melancólica

si estuviera afuera

habría una salida

el lugar por donde te fuiste

lo social

es la práctica que disimula

la tragedia

aunque no dé la métrica

definición del haiku

indefinido relámpago;

es un roce, lluvia

sobre el agua estancada de la lluvia

la radio, de fondo.

es el pulso

de la soledad.

tankas

como Rimbaud

a los diecinueve

me agoto.

pero no tengo ganas

de ir a Africa; me quedo. Y finjo.

a veces siempre nada.

melancolías.

melancolías.

gente en la avenida.

el tiempo que, aburrido,

fluye. en vano.

ah

el cansancio anticipado

de tener un destino

frágil discurso

de la eternidad

ahi pasa, lento, un gato.

soñe un pantano

un bosque de pestañas

correr frente a ti.

traspapelado.

pasillo, puertas

incierto tu cuerpo:

musgoso horizonte.

despechado

te vi, desde lejos

después de tres años.

¿por qué no te matás?

el sabor del te

tiene la calma

de siestas y aljibes

andrea

esa música

enloqueció

los sexos de mi alma

mansedumbre de los días

de verano: incluso se muere

más despacio

la quietud me vuelve

un mueble

entre las cosas yermas

tres veces

volví a ser niño

mientras no me llamabas

atardece

una morena niña

entre mis sábanas.

caminé

el suelo del otoño:

caracoles que estallaban

dusk

despierto de tu imagen

solo

a mi cuerpo hastiado

no-haikui

if i

did not

reverse

distance on time

¿do i have the right

to dream

of you?

mi soledad

es un despojo erótico

de la literatura.

todo esto

sería imposible

si no fuese real

si es más rápido

un suicida o el otoño

no lo sé.

no-haiku

me parece que todo

es extraño y el tiempo

es el marco

donde todo sucede.

adios

triste pensar
que pensaré en vos
como en algo remoto

agonía de la velocidad:

pasan las cosas;

y yo.

su piel morena,

las sábanas, ¿cuál

era la serpiente de cuál?

espejismo aletargado

en tus ojos de llanto

en los charcos.

la tragedia del Tiempo

I

sobre la camilla

vi el cuerpo de mi abuelo

seco

II

que alguien me ame

que alguien me libre

de la longevidad